Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Vestidos de gracia: Vestiduras figuradas en la Biblia"

Segundo trimestre (abril-junio) de 2011

Lección 4: "La túnica de colores"

Para el 23 de abril de 2011

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 16 de abril

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 29:21-30:24; 34; 37; 42:13; 1 Corintios 9:24-26.

Para Memorizar: “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores” (Gén. 37:3).

EL NÚCLEO DE TODA ESTA HISTORIA comenzó en Génesis 29, con Jacob con sus esposas y sus concubinas. Un padre, cuatro madres y una docena de hijos entre ellas: no se necesitaba ser profeta para saber de antemano cómo sería esta familia disfuncional y fría.

Cuánto mejor habría sido si Jacob hubiera seguido el ejemplo básico del Edén: un esposo y una esposa. Punto. Este era el modelo ideal para todos los hogares, para todos los tiempos.
Pero, hemos visto que Dios nos creó como seres libres, y esa libertad incluye la libertad de cometer errores. Tal vez como símbolo de los errores que cometió Jacob, la famosa “túnica de diversos colores” revela cómo un error conduce a otro y a otros, con consecuencias mucho más allá de nuestro control.

Cuánto mejor sería, entonces, cortar el pecado cuando es pimpollo, antes de que nos devore a nosotros y a quienes amamos.

 

Ir ArribaDomingo 17 de abril: El comienzo de un desastre familiar

La vida, como todos sabemos, no viene en categorías o secciones separadas y distintivas. Cada cosa impacta sobre casi todo lo demás. De hecho, la teoría de Einstein de la relatividad general enseña que toda la materia del universo ejerce una atracción gravitatoria sobre el resto de la materia. Es decir, tu cuerpo ejerce una atracción gravitatoria no solo sobre tus vecinos, sino también sobre el sol y todo lo demás en el universo creado.

Por supuesto, no necesitamos una lección de física para reconocer la realidad de cómo los actos y las acciones de una persona pueden impactar radical, y aun trágicamente, en otros, e incluso en generaciones más tarde. Quiénes somos, dónde estamos, por qué estamos donde estamos: todo ha sido afectado hasta cierto punto por las acciones de otros, completamente fuera de nuestro control. De este modo, cuán cuidadosos debemos ser con respecto a las cosas que decimos y hacemos, porque ¿quién sabe qué impacto a corto o a largo plazo, para bien o para mal, tendrán nuestros actos y nuestras palabras sobre otros?

Lee Génesis 24 y 29:21 al 30. ¿Qué clase de familia se está creando aquí? ¿Qué lección debería revelarnos acerca de cómo el seguir las costumbres del mundo, especialmente cuando van en contra de los principios de la verdad, puede conducir al desastre?

“El pecado de Jacob y la serie de sucesos que había acarreado no dejaron de ejercer su influencia para el mal, y ella produjo amargo fruto en el carácter y la vida de sus hijos. Cuando estos hijos llegaron a la virilidad, cometieron graves faltas. Las consecuencias de la poligamia se revelaron en la familia. Este terrible mal tiende a secar las fuentes mismas del amor, y su influencia debilita los vínculos más sagrados. Los celos de las varias madres habían amargado la relación familiar; los niños eran contenciosos y contrarios a la dirección, y la vida del padre fue nublada por la ansiedad y el dolor” (PP 208, 209).

¿Qué cosas has recibido que estaban más allá de tu control? Mucho, ¿verdad? Ahora mismo, piensa acerca de algunas decisiones importantes que estás por tomar. Pregúntate de qué modo ellas pueden impactar en otros, y si es eso lo que realmente quieres que suceda.

 

Ir ArribaLunes 18 de abril: José y sus hermanos

La rivalidad entre los hermanos, aun en los hogares más tradicionales, puede ser suficientemente mala. Pero, en esta mezcla, se convirtió en un caldo maloliente, porque en él había ingredientes tales como odio, celos, favoritismo y orgullo, que condujeron, con el tiempo, al desastre.

Para comenzar, los hermanos de José no eran exactamente los muchachitos más dulces, ¿verdad?

Lee Génesis 34. ¿Qué indica este capítulo acerca del carácter de los hermanos?

Además, estaba el tema de los sueños de José (Gén. 37:5-11), en los que toda la familia se inclina en homenaje hacia él. Si los hermanos no lo querían mucho desde el principio, estos sueños solo aumentaron su antipatía. De hecho, eso es exactamente lo que dice Génesis 37:8.

Pero, hay más todavía.

Lee Génesis 37:2. ¿De qué modo esto solamente empeoró la relación de José con sus hermanos?

A nadie le gusta ser objeto de chismes y, no importa cuán mala fuera la conducta de sus hermanos, seguramente no apreciaron el hecho de que José los denunciara ante su padre. Aunque el texto no dice específicamente lo que estaban haciendo, considerando su conducta pasada, muy probablemente fue algo que necesitaba ser atendido antes de que trajera aún más vergüenza sobre sí mismos y su familia.

Finalmente, tal vez el problema mayor era que, como dice la Biblia: “[...] amaba Israel a José más que a todos sus hijos” (Gén. 37:3). Los hermanos no eran tontos; seguramente, basados en la actitud de su padre, pudieron haber hecho, de una mala situación, una aún peor.

Por eso, por inexcusables que hayan sido los actos de los hermanos hacia José, este trasfondo nos ayuda a comprender mejor lo que los condujo a obrar así.

Todos nosotros, hasta cierto punto, estamos atrapados en nuestras circunstancias. Suceden cosas que están fuera de nuestro control. Las preguntas deberían ser siempre para nosotros: ¿Cómo debo responder a esas circunstancias? ¿Me dominarán hasta el punto de comprometer principios o permitiré que mis principios me guíen en medio de mis circunstancias?

 

Ir ArribaMartes 19 de abril: La túnica de diversos colores

El mal carácter de los hermanos se destaca aún más en contraste con el carácter de José.

“Sin embargo, hubo uno de carácter muy diferente; a saber, el hijo mayor de Raquel, José, cuya rara hermosura personal no parecía sino reflejar la hermosura de su espíritu y de su corazón. Puro, activo y alegre, el joven reveló también seriedad y firmeza moral. Escuchaba las enseñanzas de su padre y se deleitaba en obedecer a Dios. Las cualidades que lo distinguieron más tarde en Egipto, la benignidad, la fidelidad y la veracidad, aparecían ya en su vida diaria. Habiendo muerto su madre, sus afectos se aferraron más estrechamente a su padre, y el corazón de Jacob estaba ligado a este hijo de su vejez. ‘Amaba[...] a José más que a todos sus hijos’” (PP 209).

Lee Génesis 37:3 y 4. ¿De qué modo este acto de su padre empeoró la situación?

La costosa túnica, dada a José por un padre excesivamente cariñoso, estaba hermosamente tejida con una variedad de colores; ciertamente era más fina que cualquiera de los mantos de sus hermanos, y era de una clase que generalmente vestían personajes distinguidos. Los hermanos, sin duda, supusieron que su padre le daría todavía más honores, y que eso podría significar que él recibiera la primogenitura. Ellos fácilmente pudieron imaginar, por ello, que José recibiría la herencia mayor. Sea lo que fuere lo que el padre tuviera en mente al darle a José la túnica, aunque podría haber sido sencillamente una demostración de amor y nada más, esto fue un grave error, porque excitó aún más las llamas de odio a José en el corazón de sus hermanos.

En un sentido, el manto simbolizaba honores terrenales, distinción y favores temporales, y por ende, superficiales. Al escribir este incidente, Moisés puso el manto de colores en el contexto de la actitud de Jacob, que amó más a José que a los otros hijos, y eso fue el centro del problema, en el trasfondo de su odio hacia él, y a lo que el odio los llevó.

¿Te han dado alguna vez honores mundanos? ¿Cuán bien te sentiste en el momento? ¿Cuánto tiempo pasó hasta que la euforia, o el sentido de satisfacción o el buen sentimiento que tuviste se desvanecieran, y el honor llegó a significar poco o nada? ¿Qué lección deberíamos obtener de eso? Ver 1 Cor. 9:24-26.

 

Ir ArribaMiércoles 20 de abril: Le quitaron la túnica

Lee Génesis 37:12 al 25. ¿Qué contraste entre el bien y el mal se nota aquí; entre la inocencia y la traición?

No solo los hermanos de José maquinaron su muerte, también planearon por adelantado lo que le dirían a su padre. Oh, padre. Lo lamentamos mucho. Encontramos este manto. ¿Es el de José? Si es así, un animal feroz debió haberlo devorado. Es difícil imaginar cómo alguien podría estar tan lleno de odio contra su propio hermano que pudiera hacer algo así.

Lee Génesis 37:23. ¿Qué hecho importante sucedió allí?

Lo primero que recordaron los hermanos, cuando vieron a José a la distancia, fueron sus sueños, que hacían que su odio hacia él creciera. Ahora podrían ver qué resultaría de sus sueños. Es interesante notar que el primer acto de sus hermanos, contra José, fue quitarle su manto. En el texto hebreo, resulta claro que era el tan odiado manto, el que el padre había hecho para él. El texto enfatiza que lo tenía “sobre sí”. Junto con todo lo demás, verlo acercarse usando esa túnica, solamente debió haber añadido más motivos a su enojo.

De este modo, vemos a los hermanos intentando deshacerse de todo lo que les provocaba tanto odio e ira. Para ellos, la túnica simbolizaba lo que ellos odiaban acerca de su hermano, tanto las cosas buenas acerca de él como las malas acerca de sí mismos. Debió haber sido con mucha alegría, regocijo y satisfacción que le quitaron el manto. Ahora, de repente, sin la hermosa ropa, que simbolizaba lo que ellos temían que fuera la superioridad de José sobre ellos, José estaba impotente ante quienes, de acuerdo con los sueños de José, un día se inclinarían ante él.

Considera cuán irracionales fueron las acciones de los hermanos, como resultado de sus emociones. ¿Cuán a menudo permitimos que nuestras emociones nos conduzcan a realizar actos irracionales? ¿Cómo podemos aprender a guardar nuestras emociones bajo el poder de Dios y ahorrarnos así, a nosotros (y a menudo a otros también), las terribles consecuencias de hechos que se hicieron bajo arranques de emociones profundas?

 

Ir ArribaJueves 21 de abril: “La túnica de tu hijo”

“Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo o no” (Gén. 37:31, 32).

¿Cómo pudieron ellos, los hijos de un padre amante, caer tan bajo como para darle al padre el manto que él le había dado a su hijo, ahora manchado con sangre, y pedirle que lo identificara? Tal vez, incluso un día antes de cometer este crimen, esto ni habría entrado en sus mentes. Pero, una vez que se comienza el camino del pecado, ¿quién sabe adónde llevará?

Lee Génesis 37:26 al 36. ¿Qué revela el lenguaje que los hermanos usaron ante el padre?

Nota que los hermanos no se referían a la “túnica de nuestro hermano”, sino a la “túnica de tu hijo”. La frialdad de ellos es asombrosa. Tal vez, era un mecanismo de defensa inconsciente para ellos, una manera de limitar, en sus propias mentes, el mal que habían cometido.

Así, el manto tuvo un lugar tanto en el comienzo como en el fin. Ese símbolo de la relación entre Jacob y José ahora estaba cubierto de sangre; un símbolo de la “muerte” de José y de toda la animosidad de ellos contra él. Sin duda, este acto “resolvió” un problema, pero solo generó una cantidad de otros. Seguramente los hermanos debieron haber sentido pena por el dolor de su padre. Seguramente, viendo lamentarse a Jacob cada día, estos hombres debieron haber luchado con la culpa y el remordimiento.

Lee Génesis 42:13, 21 al 23 y 32; y Génesis 44:28. ¿Qué nos indican estos versículos acerca del impacto de largo alcance que los actos de los hermanos tuvieron sobre sí mismos y sobre sus familias?

Al fin, el Señor sacó algo bueno del mal que los hermanos habían hecho, pero eso difícilmente justifica lo que ellos realizaron. Por extremas que fueran sus acciones, esta historia debería recordarnos cuán rápidamente los pecados pueden cegarnos y conducirnos a cometer hechos que muy a menudo llevan a la tragedia y el sufrimiento.

 

Ir ArribaViernes 22 de abril

Para Estudiar y Meditar:

Lee “El regreso a Canaán”, “José en Egipto”, “José y sus hermanos”, Patriarcas y profetas, pp. 203-245; y el Comentario bíblico adventista, t. 1, pp. 439-444.

“José, sin sospechar lo que le sucedería, se acercó a sus hermanos con alegría de corazón, para saludarlos después de su largo y cansador viaje. Sus hermanos, rudamente, lo rechazaron. Les dijo cuál era su mensaje, pero ellos no le contestaron. José se alarmó por sus miradas airadas. [...] Lo acusaron de hipocresía. Mientras expresaban sus sentimientos envidiosos, Satanás controlaba sus mentes, y no tenían sentido de piedad ni sentimientos de amor por su hermano. Le quitaron la túnica de diversos colores que vestía, que era una muestra del amor de su padre, y que había excitado sus sentimientos de envidia” (SP 1: pp. 128, 129).

Preguntas Para Dialogar:

  1. ¿Qué otras clases de “túnicas de muchos colores” existen? ¿Cuáles son las cosas del mundo que codiciamos, que más temprano o más tarde pueden fácilmente sernos quitadas y manchadas con sangre? ¿Qué clase de honores mundanales parecen significar tanto y, no obstante, al final, realmente no significan nada?

  2. Piensa en el contexto de la lección de esta semana y luego lee Génesis 45:22. ¿Qué ironía se encuentra aquí?

  3. José, a menudo, ha sido considerado un tipo de Cristo. Repasa la historia de José y considera qué similitudes puedes encontrar entre Cristo y José. Comparte tus respuestas con tu clase.

  4. Probablemente haya pocas dudas de que los hermanos sintieron gran remordimiento por sus acciones. No sabemos qué hizo el padre con la túnica ensangrentada. Tal vez la guardó como un recuerdo de su amado hijo. Imagínate cómo se habrán sentido los hermanos cada vez que veían ese manto, que una vez fue un símbolo de su envidia, y ahora era un símbolo de su culpabilidad. ¿Cómo podemos aprender a pensar antes de actuar, y no hacer cosas precipitadamente? ¡Cuán diferente podría haber sido esta historia si los hermanos hubieran conocido al Señor, a quien servía su padre! Si los hermanos hubieran sabido cómo orar, cómo morir al yo, cómo entregarse al Señor con fe y obediencia, nada de esto habría ocurrido, y se habría evitado mucho dolor y sufrimiento. ¿Cómo podemos aprender a no caer en la misma trampa en la que cayeron estos hombres?

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