Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Vestidos de gracia: Vestiduras figuradas en la Biblia"

Edición para maestros. Segundo trimestre (abril-junio) de 2011

Lección 3: "Vestidos de inocencia"

Para el 16 de abril de 2011

 

 

Enseña a tu clase | Bosquejo de la Lección | Resumen
Ciclo de Aprendizaje:
Motiva | Explora | Aplica | Crea

 

El sábado enseñaré...

Texto Clave: Génesis 2:20-25.

 

Ir ArribaEnseña a tu clase a:

Saber comparar la vestimenta original provista para Adán y Eva con la que ellos prepararon.

Sentir cómo es estar vestido espiritualmente con la vestidura de la justicia de Cristo.

Hacer: ponerse la vestimenta espiritual que Dios ha provisto en vez de la cubierta que puedes proporcionarte tú mismo.

 

Ir Arriba Bosquejo de la Lección

  1. Saber: Luz, hojas y el Cordero

    1. ¿Cuáles eran las diferencias entre las vestiduras que Dios proveyó antes de la caída y después de ella? ¿Cuáles son las diferencias entre la vestimenta que Adán y Eva se proveyeron a sí mismos, y las que Dios les proporcionó después de la caída?

  2. Sentir: Desnudos y con temor

    1. ¿Qué estado emocional gozaban Adán y Eva antes de la llegada del pecado al mundo?

    2. ¿Cuáles fueron los resultados emocionales de la caída, y de qué manera seguimos sufriendo estos efectos?

    3. ¿Cuáles son los beneficios emocionales de estar adecuadamente cubiertos?

  3. Hacer: Cubiertos por la sangre

    1. ¿Qué función desempeñó la sangre al proveer vestiduras para Adán y Eva?

    2. ¿Qué función ha seguido teniendo en proveer una cubierta para nosotros hasta hoy?

 

Ir Arriba Resumen

La luz que cubrió a nuestros primeros padres en felicidad inocente se perdió con la entrada del pecado. Sin embargo, Dios proveyó otro ropaje por medio del derramamiento de sangre. Esto es un símbolo de lo que Cristo hace por nosotros.

 

Ir Arriba CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Cuando Adán y Eva pecaron, se perdieron la inocencia y el estar sin culpa, que les habían permitido encontrarse con Dios cara a cara. Nada que podamos hacer puede restaurar esa condición. Debemos depender de Cristo para que remplace nuestra vestimenta de inocencia con su manto de justicia.

 

Ir ArribaPASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Enfatiza la gracia de Dios al proporcionar un medio para que Adán y Eva –y toda la humanidad– fueran salvos, y restaurados a la condición de inocencia que perdieron al desobedecer a Dios.

¿Has dicho alguna vez palabras que luego lamentaste haber pronunciar y que no podías retirar? ¿Palabras tan hirientes que pediste que la tierra te tragara para no tener que afrontar las consecuencias de haberlas dicho?

O tal vez afrontaste una elección entre dos cursos de acción: uno moral y recto, y el otro equivocado pero difícil de resistir. En un momento crucial tomaste una decisión, y fue una elección equivocada. Lo sabías, pero estaba hecha. Tal vez destruiste una amistad, un matrimonio o un trabajo. A menos que haya sido muy mala, probablemente aprendiste una lección de esa experiencia y –con la ayuda de Dios– seguiste con tu vida, aunque tal vez no la misma vida. Consuélate: al menos no has corrompido un planeta.

La decisión de Adán y Eva, de desobedecer a Dios, fue una de esas elecciones irreversibles y lamentables; la gran decisión que condujo a todas las otras, incluyendo la tuya. Rápidamente supieron que algo era diferente, y que eso no era bueno. Como les había sido prometido, ahora conocían el bien y el mal. También conocían algunas cosas más: la culpa, la vergüenza, la hipocresía, la cobardía, el egoísmo y la alienación del Dios que los había creado. Perdieron (literal y figuradamente) su vestidura de inocencia. Pero Dios aun esto transformó para el bien. En lugar de abandonarlos al temor, a la falta de certeza o a la desesperación, les prometió cubrirlos con mantos de justicia.

Analiza con tu clase: ¿Qué nos dice, sobre el carácter de Dios, su reacción frente a la desobediencia de Adán y Eva? ¿Qué esperanza nos proporciona esto para nuestros propios errores y actos de desobediencia?

 

Ir ArribaPASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Enfatiza que la perdida inocencia de Adán y Eva es irrecuperable por nuestros propios esfuerzos. Lo único posible es que aceptemos la ropa que Dios, por medio de Cristo, ha comprado para nosotros por medio del sacrificio en la cruz. Aceptar este don de Dios nos permitirá tener comunión con él y que su imagen sea restaurada en nosotros.

Comentario de la Biblia

I. “Fueron abiertos los ojos”

(Repasa, con tu clase, Gén. 3:7).

De acuerdo con este pasaje, una vez que Adán y Eva comieron la fruta, sus ojos fueron abiertos, y vieron que estaban desnudos. De esto se pueden inferir por lo menos dos posibilidades: a) habían estado desnudos siempre pero, previamente, no tenían modo de distinguir esa condición de la de estar vestidos, y b) de algún modo, comer de la fruta resultó en su estado de desnudez. Los Adventistas del Séptimo Día generalmente tomamos que este texto indica que, antes de la caída, Adán y Eva estaban vestidos de luz, como los ángeles. Si se toma literalmente lo que dice el pasaje, se puede suponer que estaban desnudos, dado que varios versículos antes (Gén. 2:25), dice que estaban desnudos pero no se avergonzaban.
Sea cual fuere la forma en que estaban vestidos, es claro que la función de su ropa era muy diferente de la que se usa en el mundo actual. La ropa existe hoy, por lo menos parcialmente, para ocultar. Otro uso es el de indicar posición social o la función que se cumple en la sociedad. Esto era algo que no se necesitaba en el Jardín del Edén, aunque podría haber llegado a ser deseable a medida que la población creciera. Por ejemplo, generalmente se cree que los ángeles tienen jerarquías, y esto podría requerir maneras de distinguir a simple vista los diferentes rangos y funciones.

En esencia, antes de la caída, Adán y Eva no necesitaban lo que la ropa, básicamente, provee: cobertura u ocultación. Uno se cubre solo aquello de lo que se avergüenza, y la vergüenza no existía. Muchos estamos avergonzados de cómo se ve nuestro cuerpo, y pagamos a otros para indicarnos cómo debemos vestirnos para minimizar esas fallas. Todos hemos dicho o hecho cosas de las que nos hemos avergonzado. Adán y Eva no tenían vergüenza porque sencillamente no tenían motivos para avergonzarse.

Nada de esto contradice la idea de que estaban cubiertos de luz. La ropa, así como la conocemos hoy, oculta. La luz hace lo contrario de ocultar (Juan 3:19, 20). Donde la ropa hubiera escondido cosas que la persona no quisiera que se vieran, Adán y Eva estaban vestidos de luz, la reveladora máxima, porque todo lo que tenían era digno de verse. No tenían nada que ocultar.

Considera: Tan pronto como Adán y Eva se dieron cuenta de su desnudez, se apuraron a cubrirse. Hasta intentaron esconderse del Dios que todo lo sabe y que los amaba. ¿Cómo te escondes tú de Dios? ¿Qué diferencia produce el darse cuenta de que él ya todo lo sabe y que quiere liberarte de eso?

II. ¿Hojas o pieles?

(Repasa, con tu clase, Gén. 3:7, 21).

Después de cometer el primer pecado, Adán y Eva llegaron a la primera solución inadecuada para el pecado y la vergüenza que lo acompaña. Como tantas otras soluciones similares, era lógica, sencilla e intuitiva. Tal vez hasta sintieron un momento de orgullo al identificar un problema nuevo y su solución casi simultánea. Se sentían desnudos y vulnerables, pero podían manejar la situación mientras tuvieran puestas las hojas de higuera.

Hasta ese momento, los recursos del jardín proveyeron todo lo que necesitaron para sobrevivir. Si podían cubrirse con hojas de higuera, tal vez podrían seguir como si nada hubiese cambiado. No hacía falta molestar a Dios en este tema. De hecho, tal vez fuera mejor mantenerse lejos de la vista de Dios por un tiempo.

Pero todo había cambiado. Dios apareció en el huerto, como acostumbraba hacerlo, y la primera pareja huyó con temor. Con las hojas de higuera o sin ellas, ya no podían mantenerse sin avergonzarse ante Dios como lo habían hecho antes. Como tantos de nuestros esfuerzos, la estratagema de las hojas de higuera tuvo éxito únicamente en hacer que Adán y Eva se sintieran bien, y solo para ellos mismos. Era una forma de autoengaño, que no superó el que fueran probados.

El pecado de Adán y Eva podía ser borrado. Podían ser restaurados a su relación con Dios. Pero dolería. Sangre caliente, real, de un mamífero tendría que derramarse: un símbolo de la sangre de Dios mismo en la forma de Jesucristo.

Considera: Desde la caída, los seres humanos han intentado resolver el problema del pecado, del mal y del sufrimiento. Estas maneras siempre demostraron ser inadecuadas. ¿Qué “hojas de higuera” has usado para intentar resolver tus problemas sin la ayuda de Dios?

 

Ir ArribaPASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Ayuda a tus alumnos a comprender a qué renunciaron Adán y Eva al escuchar a Satanás en el jardín. Enfatiza que Dios quiere devolvernos lo que hemos perdido.

Preguntas para reflexionar:

  1. ¿Qué hacía que el árbol, del que Adán y Eva no debían comer, fuera “el árbol de la ciencia del bien y del mal”? ¿Ignoraban Adán y Eva el bien y el mal? Si es así, ¿cómo podía Dios confiar que hicieran una elección informada?

  2. ¿Por qué crees que lo primero que cambió en el Jardín, después de comer la fruta, fue la vergüenza de la propia desnudez?

Preguntas de aplicación:

  1. Dios claramente tenía la opción de proteger a Adán y Eva de la responsabilidad de elegir obedecerle. Sencillamente, pudo impedir que Satanás tuviera acceso al Jardín, y lo más probable es que el problema nunca hubiera surgido. Por ejemplo, como padre, ¿has estado alguna vez en la situación en la que tenías que dejar que tu hijo hiciera una elección equivocada cuando hubieras preferido protegerlo completamente?

  2. Las acciones tienen consecuencias. ¿Has tenido alguna vez que afrontar las consecuencias de palabras o actos equivocados, cuando un “lo lamento” no era adecuado o suficiente?

 

Ir ArribaPASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Dos temas resultan claros en la historia de Adán y Eva: a) la hermosa y terrible carga de la libertad humana, que nos permite amar y servir a Dios voluntaria y alegremente, pero también permitió que nuestros primeros padres traicionaran a Dios, e hicieron necesaria la muerte del Hijo de Dios; y b) el amor y el perdón de Dios quien, de inmediato, tuvo la tarea de organizar la salvación de la raza humana descarriada. Las siguientes actividades ilustrarán estos temas.

Esta es una lección objetiva para mostrar cómo una pequeña elección mal hecha puede poner en movimiento eventos que no pueden ser detenidos. Trae un tubo de pasta dental a tu clase. Exprime el contenido del tubo sobre una superficie adecuada. Desafía a los miembros de tu clase a poner de nuevo la pasta dental en el tubo. Dirígelos en el análisis de la importancia de permitir que las elecciones que hagamos sean siempre dirigidas por Dios.

Alternativa: Menciona cómo Adán y Eva fallaron en su primera y única prueba. En nuestras relaciones humanas, podemos perder la confianza en una persona por una traición, aun después de confiar toda una vida. Adán y Eva no habían tenido esta experiencia. Dios tenía todas las razones para abortar el experimento, pero no lo hizo. ¿Qué dice esto acerca del perdón y del enfoque redentor hacia las relaciones humanas?

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