Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "El papel de la iglesia en la comunidad"

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2016

Lección 13: "¿Cómo esperaremos?"

Para el 24 de septiembre de 2016

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 17 de septiembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Mateo 24:35-25:46; 2 Pedro 3; Santiago 2:14-16; Juan 4:35-38; 1 Corintios 3:6-8; Apocalipsis 21:1-4.

Para Memorizar: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad” (Rom. 12:11-13).

Antes del terremoto de San Francisco en 1906, las iglesias adventistas eran muy activas. Los miembros visitaban a enfermos y a menesterosos. Fundaron orfanatos y trabajaban en favor de los desempleados. Enseñaban la Biblia de casa en casa. Distribuían publicaciones cristianas y daban clases para el sano vivir. Dirigían una escuela primaria en el subsuelo de la casa de culto. Tenían un hogar para obreros, una misión médica, y una tienda de alimentos saludables y un café vegetariano. Comenzaron la misión a los barcos anclados en el puerto local, y sus ministros dirigían reuniones en grandes salas de la ciudad.

Elena de White llamó a estas iglesias las dos “colmenas”, y estaba entusiasmada por su trabajo (R&H, 5 de julio de 1900). Esto es lo que debemos y podemos hacer ahora mientras esperamos la Segunda Venida. ¿Qué estamos haciendo mientras esperamos?

De esa respuesta depende el destino de almas.

 

Ir ArribaDomingo 18 de septiembre: Mientras esperamos a Jesús

Los discípulos habían estado admirando la gloriosa escena de los rayos del sol que se reflejaban en el templo. Jesús, queriendo concentrar su atención en la realidad que afrontaría a la iglesia cristiana en el futuro cercano, y al final del tiempo, los llevó a la realidad al decir: “¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (Mat. 24:2). Sorprendidos por su comentario, los discípulos preguntaron: “¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (vers. 24:3). En Mateo 24:4 al 31, Jesús luego les dice las cosas que podrían ver desenvolverse en el mundo antes de que retornara.

Al revelar las señales, Jesús advierte: “Pero aún no es el fin” (vers. 6), y que “todo esto será principio de dolores” (vers. 8). La respuesta directa a la pregunta de los discípulos aparece en el versículo 14: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.

Los primeros 35 versículos de Mateo 24 nos motivan para tomar las señales en serio, pero Jesús también dice cómo hemos de esperar “el fin del mundo” (vers. 3, NVI). Es decir, no nos quedaremos sentados esperando su venida como nos sentaríamos a esperar en un ómnibus. No, se nos ha dado mucho para hacer mientras esperamos al Señor.

Lee Mateo 24:36 al 25:46. Cada una de estas parábolas habla acerca de lo que debemos hacer mientras esperamos a Jesús. Resume lo que el Señor nos dice aquí. Luego, debemos preguntarnos: ¿Cuán bien estamos siguiendo las instrucciones del Señor para nosotros en cada una de estas parábolas?

Jesús aquí exhorta a sus discípulos acerca de la manera en que sus seguidores esperarán su regreso. Durante este período los discípulos de Jesús. Mostrarán amor, interés y respeto mutuo mientras esperan; estarán alerta, se prepararán de antemano, y serán responsables por su propia condición espiritual. Multiplicarán los recursos que Dios ha puesto en sus manos, invertirán talentos y dinero en la causa de Dios, y se preocuparán por “los más pequeños”.

 

Ir ArribaLunes 19 de septiembre: Reavivamiento y reforma mientras esperamos

Lee 2 Pedro 3. Resume las enseñanzas de este capítulo que tienen que ver con el reavivamiento y la reforma. ¿En qué sentido esas enseñanzas se relacionan con el tema de este trimestre?

Dios desea que todos “demuestren arrepentimiento” (Mat. 3:8, NVI). Aunque no podemos hacer el trabajo del Espíritu Santo en llevar a la gente al arrepentimiento, debemos alcanzarlos con el mensaje de salvación que, si lo aceptan, llevará al arrepentimiento,
Nosotros también, como miembros de la iglesia, necesitamos tener una actitud de arrepentimiento. El arrepentimiento es parte del proceso de reavivamiento y reforma.

Reavivamiento significa volver a la vida, renovarse, restaurarse. Reforma significa dar nueva forma, ser una creación nueva (2 Cor. 5:17). “La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra” (MS 1:141).

La sección de ayer, “cómo debemos esperar”, ilustra los resultados del reavivamiento y la reforma. Vemos que las diez vírgenes necesitaron ser reavivadas, despertadas del sueño (Mat. 25:1-13). Las vírgenes insensatas necesitaban más del Espíritu Santo en sus vidas. Cuando nos humillamos, morimos al yo, oramos sin egoísmo, y estudiamos la Palabra de Dios y la compartimos con amor a otros con hechos amantes, seremos llenados del Espíritu Santo con el poder de la lluvia tardía. Sin embargo, es posible estudiar la Biblia y ser todavía una persona egoísta, o pedimos un reavivamiento y la lluvia tardía, pero la queremos solo para nosotros. El reavivamiento siempre conducirá a una preocupación abnegada por otros. Cuando estemos llenos del Espíritu Santo seremos reformados en discípulos, centrados en la misión y el servicio.

Necesitamos reavivamiento y reforma en nuestras oraciones, en el estudio de la Biblia, y en pedir el Espíritu Santo con la abundancia de la lluvia tardía. Pero como iglesia también necesitamos reavivamiento y reforma en nuestras actitudes y métodos, y en acciones hacia “los más pequeños”. Este fue el foco este trimestre.

¿De qué forma podemos protegernos contra la complacencia y tener siempre ante nosotros la realidad y la urgencia del retorno del Señor?

 

Ir ArribaMartes 20 de septiembre: La misión de la iglesia mientras esperamos

Lee Santiago 2:14 al 26. ¿De qué modo estos versículos encapsulan quiénes somos y por qué estamos aquí?

El domingo vimos que los discípulos señalaron la belleza de los edificios del templo. Jesús dirigió su atención a la condición de la iglesia que había adentro y su misión para un mundo que se acaba. Realmente, la iglesia existe porque hay una misión, y no al contrario.

La misión de la iglesia adventista del séptimo día como se expresa en el Working Policy [Reglamento] de la Asociación General (A 05) es “hacer discípulos en todas las naciones, comunicando el evangelio eterno [el evangelio del reino (Mat. 24:14)] en el contexto de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12, llevándolos a aceptar a Jesús como Salvador personal y unirlos con su iglesia remanente, discipulándolos para servirle como Señor, y preparándoles para su pronto regreso”. Predicar, enseñar y sanar son los métodos sugeridos para realizar esta misión. Bajo “Curación”, el Reglamento dice: “Al afirmar los principios bíblicos del bienestar de la persona completa, hacemos de la conservación de la salud y de la curación de los enfermos una prioridad, y por medio de nuestro ministerio a los pobres y oprimidos, cooperamos con el Creador en su obra compasiva de restauración”.

Este trimestre notamos que Jesús quiere restaurar su imagen en la humanidad y empoderarnos para ser instrumentos de una restauración holística en nuestras comunidades. “El mundo necesita hoy lo que necesitaba 1.900 años atrás: una revelación de Cristo. Se requiere una gran obra de reforma, y solo mediante la gracia de Cristo podrá realizarse esa obra de restauración física, mental y espiritual” (MC 102).

Después de un seminario que presentaba el pastor acerca de Jesús como modelo y la misión para su iglesia del tiempo del fin, un feligrés declaró: “En nuestra parte del mundo, no estamos muy abiertos a ideas nuevas y maneras nuevas de hacer las cosas. Lo que hemos oído acerca de seguir el método del ministerio de Jesús no es nuevo. Es una idea antigua. Solo que la olvidamos”.

“La fe sin obras es muerta”. ¿Cómo ves la realidad de cuán estrechamente vinculadas están la fe y las obras? ¿De qué manera las obras aumentan tu fe?

 

Ir ArribaMiércoles 21 de septiembre: Preparación para la cosecha final mientras esperamos

Jesús usó el lenguaje de las granjas en su enseñanza acerca del reino, como se indicó en la Lección 5. Como vimos, la agricultura no es meramente un evento; ¡es un proceso paciente! Es un ciclo repetido con regularidad, con diferentes etapas y tareas diferentes para personas diferentes y en momentos diferentes. Necesitamos estar abiertos a la conducción del Espíritu Santo y a la providencia de Dios con respecto a cómo podemos ser usados por el Señor en el proceso de preparar el terreno, plantar las semillas, y recoger la cosecha.

Lee Juan 4:35 al 38. ¿Qué clase de imágenes se usan allí, y cuál es el mensaje para nosotros con respecto al modo en que debemos trabajar por otros?

El hecho es que no conocemos el corazón de la gente. No sabemos cómo el Espíritu Santo estuvo trabajando en sus vidas. Podemos mirar a diversas personas y pensar que tienen mucho que andar antes de estar listos para ser cosechados cuando, en realidad, todo lo que necesitan es alguien que los anime a hacer su compromiso con Jesús. Hay una batalla por el corazón y la mente de cada ser humano, y Dios nos está llamando para ayudar a la gente a elegirlo a él.

Lee 1 Corintios 3: 6 al 8. ¿Cuál es el mensaje para nosotros en el contexto de extendernos hacia otros?

A su manera, Pablo está diciendo aquí lo que Jesús dijo en el ejemplo anterior. La obra de alcanzar a otros es como la obra de un agricultor. No todos estaremos haciendo la misma tarea, pero esa obra todavía es una parte vital en el proceso de alcanzar y ganar almas. Y aunque hemos de ser usados por Dios en diversas maneras, al fin solo es Dios el que puede producir la conversión de un alma.

¿De qué forma podemos aprender a ser agradecidos y humildes para realizar cualquier función que Dios nos haya dado al ministrar a otros? ¿Por qué realmente es un privilegio?

 

Ir ArribaJueves 22 de septiembre: Terminó la espera

Hace muchos años, el autor inglés Charles Dickens escribió un libro titulado A Tale of Two Cities [Una historia de dos ciudades]. Estas ciudades eran Londres y París. En un sentido, se podría decir que la Biblia también es una historia de dos ciudades. En este caso, las dos ciudades son Babilonia y Jerusalén.

En Apocalipsis capítulo 18, y 14:8, el apóstol Juan describe a Babilonia. Ella ha sido el hogar de demonios y la guarida de malos espíritus. Ha hecho que todas las naciones cometan adulterio espiritual. Su destino ha sido pronunciado y ha sido declarada “caída”. Esta ciudad, un símbolo del mal, de apostasía y de rebelión contra Dios, un día será derrotada y destruida.

Lee Apocalipsis 21:1 al 4. ¿De qué forma se contrasta Jerusalén con Babilonia?

La segunda ciudad es la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, descrita en Apocalipsis 21 y 22. Esta ciudad alberga a todos los que eligieron al Novio, y rechazaron el egoísmo y el adulterio espiritual de Satanás y sus seguidores. Por la gracia de Dios, los redimidos han obedecido sus mandamientos y reflejaron la fe de Jesús (Apoc. 14:12). Su paciente perseverancia y su ansiedad por abrazar el ministerio de Jesús les dieron un sabor del reino de los cielos aquí en la tierra. Han sido salvados por la fe en Jesús; solo la justicia de Jesús los hizo dignos del cielo. Su cuidado por “los más pequeños” (Mat. 25:40) fue la manifestación exterior de esa fe.

Por la sangre del Cordero (Apoc. 5) la iglesia ha pasado de la restauración compasiva a la celebración jubilosa (ver Apoc. 5:13, 14). En esa Ciudad Santa “enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apoc. 21:4). Ha ocurrido la restauración plena de la imagen de Dios, mental, espiritual, y físicamente. La gran controversia ha concluido y “desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor” (CS 737).

Lee Apocalipsis 22:21. ¿En qué sentido este versículo, el último de la Biblia, capta la esencia de todo lo que creemos?

 

Ir ArribaViernes 23 de septiembre

Para Estudiar y Meditar:

Lee Mateo 5:16; Colosenses 3:17; Hebreos 13:15, 16; y “En el monte de las Olivas” y “Estos mis hermanos pequeñitos”, El Deseado de todas las gentes, pp. 581-591, 592-597.

Jesús nos dijo que las señales del fin ocurrirían antes de que él regresara, y no son hermosas. Guerras, rumores de guerras, pestilencias, etc. Si la gente a menudo usa la excusa del mal para rechazar a Dios, ciertamente tienen abundancias de excusas ahora, y tendrán más excusas a medida que nos acerquemos más al fin. Así, llega a ser aún más vital para el pueblo de Dios, los que afirman ser sus seguidores, reflejar su carácter al mundo y ayudar a la gente a obtener un mejor cuadro de cómo es Dios. “Si nos humilláramos delante de Dios, si fuéramos bondadosos, corteses, compasivos y piadosos, habría cien conversiones a la verdad donde ahora hay una sola” (TI 9:152). ¡Qué afirmación sencilla pero poderosa con respecto al esfuerzo y el ministerio por alcanzar a otros! Mientras esperamos la segunda venida de Jesús, él espera que los miembros de su iglesia prediquen y vivan todo el evangelio; que nos entreguemos a su obra e invirtamos en ella nuestros recursos; que amemos y respetemos a la gente, y nos interesemos en ella; y que abramos nuestras vidas al Espíritu Santo en su plenitud. Esto es un testimonio que todos los argumentos del mundo no pueden anular.

Preguntas para Dialogar:

  1. En la clase, conversen acerca de la diferencia entre lo que sería vivir en “Babilonia” comparado con vivir en “Jerusalén”. ¿Cuáles serían las diferencias más grandes entre las dos ciudades? Es decir, ¿dónde se encuentra la mayor diferencia: en el modo en que se ve el lugar o en quienes viven en él?

  2. La mayor pregunta para los cristianos no es: “¿Qué función tienen las obras en la fe cristiana?”. Por supuesto, tienen una función; no obstante, la pregunta es: “Si las obras no pueden salvarnos, entonces ¿cuál es su rol en la fe cristiana?” ¿De qué manera respondemos a esa pregunta, especialmente en el contexto de alcanzar y ministrar a otros necesitados?

  3. ¿Cómo esperamos el retorno de Jesús? Es decir, ¿qué estamos haciendo en nuestras vidas que revela que creemos realmente en su regreso? ¿Por qué debemos vivir en forma diferente de quienes no creen en la Segunda Venida?

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