El autor(a) Pastor Marcelo Solis, Graduado en la Universidad de Costa Rica.

Categoría: Sermones y Bosquejos

Introducción

El libro del Apocalipsis está escrito en un modelo simétrico (quiasmo), es decir, paralelismo inverso: prólogo (1:1-8), es igual al epílogo (22:6-21).
Las 7 promesas de los capítulos 2 y 3 tienen su contraparte en las 7 visiones del tiempo del fin (19:11- 22:21). Ambas comienzan con una cristofonía [manifestación de Cristo al profeta](1:12-18; 19:11-16). La Nueva Jerusalén y la Tierra Nueva de los capítulos 21-22 recuerdan las promesas de los capítulos 1-3 a los vencedores.

Desarrollo

1. Los mensajes a las Siete Iglesias: Estos fueron dados a cada iglesia (7 iglesias locales) de ese siglo; a cada miembro de la iglesia (universalmente) de cualquier época; y a la iglesia a lo largo de la era cristiana (7 períodos escatológicos).

2. Las visiones del templo (1:12-16; 4; 5): Presentan al Señor resucitado como habiendo cumplido las fiestas de la primavera:

   1. La pascua (1:5,17,18), y

   2. el Pentecostés (5:6-10).

   La visión del templo del 8:2-6 que presenta las 7 trompetas (8, 9,11) es aplicable a la fiesta de las trompetas. De acá inician los festivales de otoño que son muy significativos: Trompetas (Rosh Hashana), Día de la Expiación (Yom Kippur), y los Tabernáculos (Hag Hassekiot), éstos los podemos ver en Levítico 23 y Números 29.

3. La séptima trompeta presenta la escena del templo que se centra en “el arca de su pacto” (11:15-19), compare con Levítico16:15. En el Yom Kippur era Israel juzgado (Levítico16:19,22; 23:29,30), así mismo Apocalipsis 10 anuncia que “no habrá más tiempo” o demora cuando el séptimo ángel esté a punto de tocar la trompeta (10:6,7). En Apocalipsis 14:6-7 se anuncia: “la hora del juicio ha llegado”.

4. El capítulo 15 presenta la terminación de la obra mediadora de Cristo en el Templo celestial. A esto sigue el juicio retributivo de las siete postreras plagas (16-17).

5. Posteriormente el capítulo 18 presenta el inicio de la exterminación del mal con la afirmación de la misericordia divina que consiste en una exhortación final a salir de Babilonia (18:1-4), y el fin de la oposición religiosa organizada: la desolación de Babilonia (18:5-24).

6. En 19:1-10 se celebran las “Bodas del Cordero”. El 20-21 introducen el milenio (20:4-6). La Nueva Jerusalén desciende sobre una tierra renovada (21:3), esto señala el glorioso cumplimiento de la fiesta de los Tabernáculos (Levítico 23:40,43).

Conclusión

Este simbolismo describe la salvación futura de la iglesia de Cristo, formada de todos los pueblos de la tierra (Apocalipsis 7: 9,10; 15:2-4).

Debemos relacionar la estructura del libro del Apocalipsis con su movimiento progresivo si es que vamos a comprender su significado. Los septenarios (repetición de siete) contienen una luz que se proyecta sobre los acontecimientos del tiempo del fin.

Una autora cristiana escribió:

“En el Apocalipsis están reveladas las cosas profundas de Dios. El nombre mismo que fue dado a sus páginas inspiradas: El Apocalipsis o Revelación, contradice la afirmación de que es un libro sellado. Una revelación es algo revelado. El Señor mismo reveló a su siervo los misterios contenidos en dicho libro y es su propósito que esté abierto al estudio de todos. Sus verdades se dirigen tanto a los que viven en los últimos días de la historia de esta tierra como a los que vivían los días de Juan. Algunas de las escenas descritas en esa profecía pertenecen al pasado, otras se están cumpliendo ahora; algunas tienen que ver con el fin del gran conflicto entre los poderes de las tinieblas y el Príncipe del cielo, y otras revelan los triunfos y alegrías de los redimidos en la tierra nueva.

“Nadie piense que al no poder explicar el significado de cada símbolo del Apocalipsis, es inútil seguir escudriñando el libro en un esfuerzo de conocer el significado de la verdad que contiene. El que reveló esos misterios a Juan dará al investigador diligente de la verdad un goce anticipado de las cosas celestiales. Los que tengan sus corazones abiertos para la recepción de la verdad, serán capacitados para entender sus enseñanzas, y se les otorgará la bendición prometida a los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas”.

En el Apocalipsis todos los libros de la Biblia se encuentran y terminan. En él está el complemento del libro de Daniel. Uno es una profecía, el otro una revelación. El libro que fue sellado no fue el Apocalipsis, sino aquella porción de la profecía de Daniel que se refiere a los últimos días. El ángel ordenó: “Tú empero Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin”. (Daniel 12:4.). – Elena G. White, Los Hechos de los Apóstoles, 466, 467.