Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "El evangelio en Gálatas"

Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2011

Lección 3: "La unidad del evangelio"

Para el 15 de octubre de 2011

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 8 de octubre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Gálatas 2:1-14; 1 Corintios 1:10-13; Génesis 17:1-21; Juan 8:31-36; Colosenses 3:11.

Para Memorizar: “Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Fil. 2:2).

EL REFORMADOR PROTESTANTE JUAN CALVINO creía que la falta de unidad y las divisiones eran los principales dispositivos del diablo contra la iglesia, y advirtió a los cristianos que deberían evitar el cisma como a la plaga.

Pero ¿debería la unidad ser conservada a costa de la verdad? Imagínate si Martín Lutero, el padre de la Reforma Protestante, hubiera elegido renunciar a su concepto de la salvación solo por la fe en nombre de la unidad, cuando fue llevado a juicio ante la Dieta de Worms.

“Si el reformador hubiera cedido en un solo punto, Satanás y sus ejércitos habrían ganado la victoria. Pero, la inquebrantable firmeza de él fue el medio de emancipar a la iglesia y de iniciar una era nueva y mejor” (CS 177).

En Gálatas 2:1 al 14, encontramos al apóstol haciendo todo lo que estaba a su alcance para mantener la unidad del círculo apostólico en medio de los intentos, de algunos creyentes, de destruirlo. Pero, tan importante como era la unidad para Pablo, él rehusó hacer transigir la verdad del evangelio para lograrla. Aunque hay lugar para la diversidad dentro de la unidad, el evangelio nunca debe hacer concesiones en el proceso.

 

Ir ArribaDomingo 9 de octubre: La importancia de la unidad

Lee 1 Corintios 1:10 al 13. ¿Qué nos indica este pasaje acerca de cuán importante creía Pablo que era la unidad en la iglesia?

Habiendo refutado los argumentos de que su evangelio no era dado por Dios, Pablo dirige ahora su atención, en Gálatas 2:1 y 2, a otra acusación que hacían contra él. Los falsos maestros de Galacia pretendían que el evangelio de Pablo no estaba en armonía con lo que predicaban Pedro y los otros apóstoles. Ellos decían que Pablo era un renegado.

En respuesta a esta acusación, Pablo repasa un viaje que él hizo a Jerusalén por lo menos catorce años después de su conversión. Aunque no estamos seguros de cuándo hizo esa visita, ningún viaje en la antigüedad era un asunto fácil. Si él fue de Antioquía a Jerusalén (unos 460 km, o 300 millas), le habría tomado por lo menos 3 semanas, y habría implicado toda clase de dificultades y peligros. No obstante, a pesar de eso, Pablo realizó el viaje, no porque los apóstoles lo hubieran convocado, sino porque el Espíritu lo impulsaba. Y planteó su evangelio ante los apóstoles.

¿Por qué lo hizo? Ciertamente, no porque tuviera alguna duda de lo que estaba enseñando, o porque necesitara una confirmación de parte de ellos. Después de todo, él ya había estado proclamando el mismo evangelio durante catorce años. Y, aunque no necesitaba el permiso o la aprobación de ellos, él valoraba altamente el apoyo y el estímulo de los demás apóstoles.

De este modo, la acusación de que su mensaje era diferente no solo era un ataque a Pablo sino también a la unidad de los apóstoles, y a la iglesia misma. Mantener la unidad apostólica era vital, porque una división entre la misión de Pablo a los gentiles y la iglesia madre en Jerusalén tendría consecuencias desastrosas. Sin compañerismo entre los cristianos gentiles y judíos, entonces “Cristo hubiese estado dividido, y toda la energía que Pablo había dedicado, y esperaba dedicar a la evangelización del mundo gentil quedaría frustrada” (F. F. Bruce, The Epistle to the Galatians, p. 111).

¿Cuáles son algunos de los problemas que amenazan la unidad de la iglesia hoy? Más importante aún, ¿cómo los tratamos? ¿Qué problemas son más importantes que la unidad misma?

 

Ir ArribaLunes 10 de octubre: La circuncisión y los falsos hermanos

¿Por qué la circuncisión fue central en la disputa entre Pablo y ciertos judíos cristianos? Ver Gén. 17:1-22; Gál. 2:3-5; 5:2, 6; Hech. 15:1, 5. ¿Por qué algunos creían que aun los gentiles tenían que someterse a ello?

La circuncisión era la señal de la relación del pacto que Dios había establecido con Abraham. Aunque la circuncisión era solo para los descendientes varones de Abraham, todos estaban invitados a una relación de pacto con Dios. La señal de la circuncisión fue dada a Abraham (Gén. 17) después del intento desastroso de ayudar a Dios a cumplir su promesa de que le daría un hijo, al tener un niño con Agar.

La circuncisión era una señal apropiada del pacto. Era un recordativo de que los mejores planes humanos nunca pueden lograr lo que Dios prometió. La circuncisión externa debía ser un símbolo de la circuncisión del corazón (Deut. 10:16; 30:6; Jer. 4:4; Rom. 2:29). Representa un extirpar nuestra confianza en nosotros mismos y desarrollar una fiel dependencia de Dios.

Durante el tiempo de Pablo, la circuncisión había llegado a ser una señal de identidad nacional y religiosa, no lo que Dios quería que representara. Unos 150 años antes del nacimiento de Jesús, algunos patriotas muy celosos no solo forzaron a circuncidarse a todos los judíos incircuncisos de Palestina, sino también se la exigieron a los que vivían en las naciones vecinas bajo su jurisdicción. Algunos hasta creían que la circuncisión era un pasaporte a la salvación. Esto puede verse en antiguos epigramas que declaraban cosas como la siguiente: “Los hombres circuncidados no descienden a la Gehena [infierno]”.–C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, p. 172.

Pablo no se oponía a la circuncisión misma. Él objetaba la insistencia de que los gentiles tuvieran que someterse a la circuncisión. Los falsos maestros decían: “Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos” (Hech. 15:1). El problema no era acerca de la circuncisión, sino acerca de la salvación. La salvación es solo por la fe en Cristo, no se gana con la obediencia humana.

Hoy la circuncisión no es un problema. Pero ¿con qué luchamos, como iglesia, que es similar a este problema?

 

Ir ArribaMartes 11 de octubre: Unidad en la diversidad

Lee Gálatas 2:1 al 10. Pablo dice que los falsos hermanos “entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud” (Gál. 2:4). ¿De qué están libres los cristianos? Lee Juan 8:31 al 36; Romanos 6:6 y 7; 8:2 y 3; Gálatas 3:23 al 25; 4:7 y 8; Hebreos 2:14 y 15. ¿Cómo experimentamos nosotros mismos la realidad de esta libertad?

La libertad, como una descripción de la experiencia cristiana era un concepto importante para Pablo. Él usó esa palabra más que cualquier otro autor del Nuevo Testamento, y en el libro de Gálatas las palabras libre y libertad aparecen muchas veces. Pero, para el cristiano, la libertad significa libertad en Cristo. Es vivir una vida de devoción a Dios sin obstáculos. Involucra la libertad de no ser esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa (Rom. 6), la libertad de no ser condenados por la Ley (Rom. 8:1, 2) y la libertad del poder de la muerte (1 Cor. 15:55).

Los apóstoles reconocían que a Pablo se le había “encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión” (Gál. 2:7). ¿Qué sugiere esto acerca de la naturaleza de la unidad y la diversidad dentro de la iglesia?

Los apóstoles reconocieron que Pablo había sido llamado para predicar el evangelio a los gentiles, así como Pedro a los judíos. El evangelio era el mismo, pero la forma de presentarlo dependía de las personas que estaban tratando de alcanzar. Implícito en este versículo es “el importante reconocimiento de que una y la misma fórmula es escuchada en forma diferente, y tiene una fuerza diferente, en contextos sociales y culturales diferentes. Esta unidad [es] la que constituye la base de la unidad cristiana, como unidad en la diversidad” (James D. G. Dunn, The Epistle to the Galatians, p. 106).

¿Cuán abiertos debemos estar a los métodos de evangelización y testificación que nos sacan de nuestra “zona de comodidad”? ¿Hay algunas formas de evangelismo que te inquietan? Si es así, ¿cuáles son, por qué te incomodan y qué podrías necesitar hacer para ser más abierto a estas cosas?

 

Ir ArribaMiércoles 12 de octubre: Confrontación en Antioquía (Gál. 2:11-13)

Algún tiempo después de la consulta de Pablo en Jerusalén, Pedro visitó Antioquía, la primera iglesia gentil y base de las actividades misioneras de Pablo. Mientras estuvo allí, Pedro comía libremente con los cristianos gentiles; pero, cuando un grupo de cristianos judíos llegó de parte de Santiago, Pedro –temeroso de lo que pudieran pensar– cambió su conducta.

¿Por qué Pedro debería haber sabido cómo conducirse? Compara Gálatas 2:11 al 13 con Hechos 10:28. ¿Qué nos enseña esta acción acerca de cuán profundas pueden estar la cultura y la tradición en nuestras vidas?

Algunos suponen erróneamente que Pedro y los otros judíos habían dejado de seguir las leyes del Antiguo Testamento acerca de los alimentos limpios y los inmundos. Pero este no parece ser el caso. Si Pedro y todos los cristianos judíos hubieran abandonado las leyes judías de alimentación, se habría producido un gran alboroto en la iglesia. Si hubiera sido así, habría registro de ello, pero no existe. Es probable que el problema tuviera que ver con el compañerismo en las mesas con los gentiles. Por cuanto muchos judíos veían a los gentiles como impuros, era una práctica, entre algunos, evitar el contacto social con los gentiles tanto como pudieran.

Pedro mismo había luchado con este problema, y fue la visión de Dios lo que le ayudó a cambiar. Pedro le dijo a Cornelio: “Ustedes saben muy bien que nuestra ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo” (Hech. 10:28, NVI). Aunque él sabía qué debía hacer, tuvo miedo de ofender a sus propios conciudadanos, y volvió a los caminos antiguos. La cultura y la tradición eran fuertes en la vida de Pedro.

No obstante, en Gálatas 2:13 Pablo calificó a las acciones de Pedro exactamente como lo que eran: “simulación” (hipocresía, NVI). Aun Bernabé, dijo Pablo, fue “arrastrado por la hipocresía de ellos”. Son palabras duras de un hombre de Dios a otro.

¿Por qué es tan fácil ser hipócrita? ¿Será porque tendemos a cegarnos a nuestras propias faltas, mientras que miramos las faltas de otros? ¿Qué clase de hipocresía encuentras en tu propia vida? ¿Cómo puedes reconocerla y desarraigarla?

 

Ir ArribaJueves 13 de octubre: La preocupación de Pablo (Gál. 2:14)

La situación en Antioquía era tensa: Pablo y Pedro, dos líderes de la iglesia, estaban en abierto conflicto. Y Pablo llamó a Pedro a dar cuentas.

¿Qué razones da Pablo para confrontar públicamente a Pedro? Gál. 2:11-14.

Para Pablo, el problema no era que Pedro comiera con los visitantes de Jerusalén, ya que las antiguas tradiciones de hospitalidad requerían esto. El problema era “la verdad del evangelio”. Es decir, no era un problema de compañerismo o de prácticas de alimentación, sino que las acciones de Pedro comprometían todo el mensaje del evangelio.

Lee Gálatas 3:28 y Colosenses 3:11. ¿De qué modo estos textos nos ayudan a comprender la fuerte reacción de Pablo?

Durante la reunión de Pablo en Jerusalén con Pedro y los otros apóstoles, habían llegado a la conclusión de que los gentiles podían gozar de todas las bendiciones en Cristo sin tener que circuncidarse. Las acciones de Pedro ahora ponían en peligro ese acuerdo. Mientras que los cristianos judíos y gentiles se habían unido en abierto compañerismo, ahora la congregación estaba dividida, y esto sugería una futura iglesia dividida.

Para Pablo, la conducta de Pedro implicaba que los cristianos gentiles eran creyentes de segunda clase, y él creía que las acciones de Pedro pondrían una fuerte presión sobre los gentiles para que se sometieran si querían experimentar un compañerismo pleno. Por eso, Pablo dice: “Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?” (Gál. 2:14). La frase “vivir como judío” puede ser traducida como “judaizar”. Esta era una expresión que significaba “adoptar un estilo de vida judío”. Se usaba para referirse a los gentiles que asistían a la sinagoga y participaban en otras costumbres judías. También los adversarios de Pablo en Galacia, a quien él llama falsos hermanos, a menudo son conocidos como “los judaizantes”.

Las acciones de Pedro no eran muy buenas, y también Bernabé fue atrapado en esta conducta. ¡Qué ejemplo claro del poder de la “presión de los pares”! ¿Cómo podemos evitar ser arrastrados en la dirección equivocada por quienes nos rodean?

 

Ir ArribaViernes 14 de octubre

Para Estudiar y Meditar:

Para estudiar más sobre el tema de la unidad y la diversidad en la iglesia, lee “La investigación de nueva luz”, El otro poder, pp. 45, 47; “Una explicación de las primeras declaraciones”, Mensajes selectos t. 1, pp. 67, 68; “El tacto”, Obreros evangélicos, pp. 123-125; y “Manuscript Release 898", 1888 Materials, t. 3, pp. 1.092, 1.093.

“Aun los mejores hombres, si actúan por sí mismos, cometerán graves equivocaciones. Mientras mayores responsabilidades se coloquen sobre el agente humano, mientras más encumbrado sea su cargo para determinar y controlar, más males hará con seguridad, pervirtiendo mentes y corazones, si no sigue cuidadosamente el camino del Señor. Pedro fracasó en Antioquía en los principios de integridad. Pablo tuvo que resistir frente a frente su influencia destructora. Esto está registrado para bien de otros, y con el propósito de que la lección pueda ser una advertencia solemne para los hombres que están en cargos elevados, a fin de que no falten contra su integridad, sino que se adhieran a los principios” (Comentarios de Elena G. de White, CBA 6: 1.108).

Preguntas para Dialogar:

  1. A muy pocas personas les gusta la confrontación, pero a veces es necesaria. ¿En qué circunstancias debería una iglesia condenar el error y disciplinar a los que rehúsan aceptar la corrección?

  2. Mientras la Iglesia Adventista del Séptimo Día crece alrededor del mundo, al mismo tiempo llega a ser más y más diversa. ¿Qué pasos puede dar la iglesia para asegurarse de que no se pierda la unidad en medio de tanta diversidad? ¿Cómo podemos aprender a aceptar y aun gozar la diversidad de culturas y tradiciones entre nosotros, mientras al mismo tiempo mantenemos la unidad?

  3. Cuando compartimos el evangelio en una cultura diferente, ¿qué elementos esenciales no deben cambiar y cuáles pueden ser cambiados? ¿Cómo aprendemos a distinguir entre lo que debe permanecer y lo que se puede abandonar, si fuera necesario?

Resumen: La insistencia de algunos cristianos judíos de que los gentiles debían circuncidarse para llegar a ser verdaderos seguidores de Cristo planteó una amenaza seria a la unidad de la iglesia primitiva. En lugar de dejar que el problema dividiera a la iglesia en dos movimientos diferentes, los apóstoles trabajaron juntos para asegurar que el cuerpo de Cristo permaneciera unido y fiel a la verdad del evangelio.

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