Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Esdras y Nehemías"

Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2019

Lección 5: "Se viola el espíritu de la Ley"

Para el 2 de noviembre de 2019

 

Reseña | Comentario | Aplicación a la vida

 

Ir ArribaPRIMERA PARTE: RESEÑA

Texto Clave: Nehemías 5:11, 15, 16.

Enfoque del estudio: Nehemías 5.

Nehemías 5 describe la forma en que Nehemías trata la injusticia entre los exiliados. Si bien reconstruyen el muro de Jerusalén y se unen para luchar contra sus enemigos, no todo está bien entre sus filas. Una hambruna en la tierra deja a algunas de las familias sin la capacidad financiera para pagar los impuestos persas o incluso para conseguir alimentos.

Por lo tanto, los judíos hipotecan sus casas, campos y viñedos. Dado que hipotecar sus propiedades no mejoró su situación financiera, el pueblo debe buscar otras formas de pagar el impuesto y conseguir alimentos. Debido a que la esclavitud por deudas era algo común en ese momento, los israelitas, siguiendo la costumbre, vendieron a sus hijos o a sí mismos a sus propios parientes para poder saldar la deuda. Cuando Nehemías descubre que los israelitas han estado comprando a su propia gente para mantener a esas familias, estalla en ira. Aunque esta costumbre estaba permitida por la ley, Nehemías se opone a ella como una injusticia. Se enfrenta a algunos de los dirigentes y judíos más poderosos. Cuestiona si es justo que la gente recupere su libertad al ser traída a Israel solo para perderla nuevamente a manos de sus propios hermanos. Finalmente, persuade a los dirigentes de que su comportamiento es éticamente incorrecto y ellos restituyen todo lo que habían tomado de los pobres. Nehemías es un ejemplo a la hora de defender lo que es correcto, incluso cuando hay poderosos involucrados en la injusticia. El cargo que estos ostentan y su prestigio no impiden que Nehemías se pronuncie contra el mal.

 

Ir Arriba SEGUNDA PARTE: COMENTARIO

Estructura de Nehemías 5

Nehemías 5 tiene una estructura temática clara y se puede dividir en las siguientes unidades:

  1. Problemas y quejas del pueblo y medidas decisivas de Nehemías (Neh. 5:1-13).

    1. Razones de las demandas del pueblo (Neh. 5:1-5).

    2. La ira y el reproche de Nehemías (Neh. 5:6, 7a).

    3. El llamado de Nehemías para una asamblea pública, y su acusación contra los dirigentes (Neh. 5:7b-8a).

    4. Silencio de los dirigentes (Neh. 5:8b).

    5. Exhortación a los dirigentes por parte de Nehemías a andar en el temor de Dios y devolver las propiedades al pueblo y reparar las pérdidas (Neh. 5:9-11).

    6. Respuesta positiva de los dirigentes (Neh. 5:12a).

    7. El juramento de los dirigentes, la acción simbólica de Nehemías y las alabanzas de gradecimiento al Señor por parte del pueblo (Neh. 5:12b-13).

  2. Los doce años del ministerio diligente y desinteresado de Nehemías (Neh. 5:14-16).

  3. La generosa provisión diaria de Nehemías para numerosas personas y visitantes (Neh. 5:17, 18).

  4. La oración de Nehemías pidiendo misericordia (Neh. 5:19).

Nehemías hace frente a la opresión/injusticia

En medio de una ardua labor para el Señor, hubo una seria queja expresada contra los dirigentes del pueblo de Dios. Los pobres eran oprimidos, pasaban hambre, sus hijos eran esclavizados y sus campos y viñedos eran tomados.

Después que Nehemías se enteró de lo que está pasando entre los judíos, se enojó “en gran manera”. La palabra para enojo es kharah y significa “enojarse” o “montar en cólera”. Kharah denota una fuerte respuesta de enojo. La palabra aparece a menudo a lo largo de la Biblia. Por ejemplo, aparece bastante temprano en la Biblia al referirse al enojo de Caín cuando se da cuenta de que su sacrificio no es acepto, o al enojo de Moisés cuando ve al pueblo bailando y adorando al becerro (Éxo. 32:19, 22). Pero kharah también se usa para la ira de Dios, que se enciende cuando el pueblo de Israel actúa con maldad (Éxo. 4:14; 32:10, 11; Núm. 11:1, 10, 33).

Sin embargo, la frase exacta “me enojé en gran manera”(o “me llené de indignación” [DHH]; “me enojé muchísimo”[NVI, NTV] notablemente aparece en los siguientes pasajes. En Génesis 34:7, encontramos que esta frase se utiliza cuando Dina es violada y sus hermanos (los hijos de Jacob) se enojan mucho y finalmente actúan en represalia contra los siquemitas matando a todos los hombres de la ciudad. En 2 Samuel 13:21, el rey David se enoja mucho al escuchar que su hijo Amnón violó a su propia hermana Tamar (aunque no actúa con ira para hacer frente a la injusticia). Un tercer uso de esta frase está en Nehemías 4:7 cuando los enemigos de los judíos descubren que los israelitas están reconstruyendo los muros. Los enemigos se enojan mucho porque consideran que el proyecto de reconstrucción es una seria amenaza contra su poder sobre la tierra. Dos de los pasajes se refieren a delitos muy graves de violación, lo que nos permite ver que la historia de la injusticia en Nehemías es un delito grave también. Nehemías está tan enojado con lo que escucha como quienes se enteraron de la violación de su propia hermana y su hija. Nehemías considera la injusticia y el comportamiento antiético al mismo nivel. Él también ve la opresión con el mismo criterio. Es alarmante y convincente darse cuenta de que la opresión provocó sentimientos tan fuertes de ira en Nehemías. Reaccionó personalmente ante la opresión de los judíos, como si hubiesen herido a los miembros de su propia familia.

Pero lejos de actuar precipitadamente, Nehemías “lo medit[ó]”. Las palabras utilizadas para esta frase son malakh y levav. Malakh tiene dos significados principales: (1) “reinar como rey” o “hacerse rey”, y (2) “reflexionar” o “considerar cuidadosamente para sus adentros”. Levav significa “el corazón”. Literalmente el versículo dice “en mi corazón”. Al unirlos, señala que Nehemías consideró el asunto cuidadosamente en su corazón. Dado que el corazón y la mente son sinónimos en el pensamiento hebreo, Nehemías reflexiona y evalúa cuidadosamente qué hacer con la opresión y la injusticia entre los hebreos. Por lo tanto, otra lección importante que podemos aprender de Nehemías en esta historia es que no debemos reaccionar con enojo ante la injusticia. Más bien, deberíamos tomarnos un tiempo para procesar cuál será el mejor curso de acción.

Es bueno e importante mostrar emociones fuertes contra la injusticia. Sin embargo, esto no justifica que nos enojemos contra ninguna causa. Por ejemplo, la ira de Caín fue indebida hacia su hermano Abel. La indiferencia contra el mal es uno de los peores pecados. Cuando alguien ve una injusticia y se aparta de ella como si no fuera su problema, demuestra frialdad y pérdida de sensibilidad hacia el pecado. Es muy peligroso cuando estamos paralizados emocionalmente y no reaccionamos ante la injusticia. Nuestro Dios es el Dios de la justicia; siempre está del lado de los oprimidos. A menudo los profetas reprendieron al pueblo de Dios por no haber detenido la injusticia. Los profetas animaron al pueblo a tratar bien a los pobres y a ayudarlos; le enseñaron a ser amables con las viudas, los huérfanos y los extranjeros (para ejemplos, ver Deut. 10:18; 14:29; 24:19; 27:19; Zac. 7:10).

Después de reprender a los nobles y gobernantes judíos, que guardaron silencio y no respondieron, Nehemías convocó a una “gran asamblea” para que todos los líderes se enfrentaran a las implicaciones masivas de su comportamiento opresivo y cómo afectó a tanta gente. Además, una gran multitud sería intimidante y los dirigentes tendrían mucho más probabilidades de acceder a sus demandas. Sin embargo, lo más importante es que Nehemías hizo un llamado a su responsabilidad ante Dios. “¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?” (Neh. 5:9). Nehemías usa la frase “el temor de nuestro Dios” varias veces en el libro (Neh. 5:9, 15; 7:2).

El concepto de “el temor de Dios” era recordarles a los judíos su deseo de andar con Dios, de tomar decisiones según su voluntad y vivir para él. Por eso los judíos volvieron a Jerusalén; regresaron para ser el pueblo de Dios y vivir responsablemente como tal. Se dieron cuenta de que sus antepasados ​​habían abandonado a Dios, y ellos querían revertir eso. La reprensión de Nehemías los silencia porque finalmente se dan cuenta de que no han estado viviendo irreprochablemente y han vuelto a caer en los hábitos que les han enseñado en el pasado o que han aprendido de las naciones circundantes. No pueden ser una luz para las naciones que los rodean si actúan de la misma manera (incluso en menor medida) que antes, oprimiendo a los desafortunados para beneficio personal.

Nehemías no protestaba por el hecho de prestar, ya que él mismo estaba prestando granos y dinero. Hablaba en contra del cobro de intereses. Por lo tanto, les exigió a los líderes que devuelvan las propiedades confiscadas y que reintegren los intereses cobrados.

Curiosamente, los dirigentes responden en forma positiva y prometen restaurar todo. Después, se llama a los sacerdotes para hacer un juramento entre los gobernantes y los sacerdotes (Neh. 5:12, 13). El pueblo “cumplió lo prometido” (Neh. 5:13, NVI). El texto da a entender que después de este juramento, todo el pueblo, los nobles, los funcionarios y la población en general, trabajaron juntos, creando nuevos métodos de negocios que defendían los derechos de todos.

Nehemías da ejemplo de cuidado

El capítulo termina con un extracto que explica que Nehemías era el gobernador de Judá. Aunque tenía todo el derecho de exigir impuestos de la gente que gobernaba, él vivía de acuerdo con su conciencia y no añadía más cargas a la población ya angustiada por tener que pagar impuestos a los persas. En cambio, Nehemías usaba su propio dinero (el salario de Persia) para proveer para la gente de su hogar y a todos los que necesitaban un lugar para comer. Generosamente ofrecía lo que tenía a los demás. No hacía su trabajo para enriquecerse sino para servir. Nehemías puso en práctica Marcos 10:43 y 44: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos”. Promovió la justicia y una humilde actitud de servicio.

 

Ir Arriba TERCERA PARTE: APLICACIÓN A LA VIDA

Utiliza la siguiente pregunta para abrir la lección de la semana:

¿Qué es, o fue, lo más difícil que has tenido que hacer para cuidar de tu familia o tus seres queridos? Comparte con la clase.

Como maestro, disponte a compartir algo personal. Cuando compartes como líder, también animas a los demás a compartir. El intercambio mutuo llevará a una mayor cercanía en tu grupo. Al igual que Nehemías se preocupaba por las personas, nosotros también demostramos que nos preocupamos al compartir como hermanos y hermanas. Todos pasamos por momentos difíciles, y es alentador escuchar experiencias de otros y cómo manejaron ciertas situaciones como seguidores de Jesús.

Pregunta lo siguiente al final de la lección como desarrollo adicional del concepto y la aplicación:

  1. Aporten ideas con la clase sobre lo que pueden hacer específicamente para ayudar a los pobres, los marginados o los que sufren en su zona. ¿Cómo se puede promover la diversidad? ¿Qué proyecto puede adoptar tu clase para lograr un cambio en la vida de alguien?

  2. ¿De qué manera puedes ser como Nehemías y hacer frente a la injusticia? Piensa en lo siguiente:

    1.  ¿De qué manera puedes resistir la injusticia en casa?

    2.  ¿En el trabajo?

    3.  ¿En la escuela?

    4.  ¿Con amigos?

  3. En la época de Nehemías, la opresión era resultado de hacer préstamos y cobrar intereses, y exigir la esclavitud de la gente. En el mundo de hoy (o en tu profesión), ¿cuáles son las formas de las que debemos protegernos para evitar oprimir a los demás?

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