Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "La promesa: El pacto eterno de Dios"

Edición para maestros. Segundo trimestre (abril-junio) de 2021

Lección 9: "La señal del pacto"

Para el 29 de mayo de 2021

 

Reseña | Comentario | Aplicación a la vida

 

Ir ArribaRESEÑA

Texto Clave: Éxodo 31:16.

El sábado es más que una mera porción de tiempo; es la promesa de una relación rica y significativa con Dios. Es un día en que dejamos todo de lado en nuestra vida excepto a Dios, y nos tomamos el tiempo para fortalecer nuestra relación con él.

 

Ir Arriba COMENTARIO

El sábado puede entenderse solamente si consideramos su génesis. El término reposo en Génesis 2:3 deriva de la forma verbal hebrea shabath (reposar, celebrar, cesar, desistir del trabajo, poner fin, descansar, completar, guardar el sábado, observar). Curiosamente, este verbo está relacionado con la observancia del shabat semanal (sábado, día de reposo sabático). Lee Levítico 25:2.

Los orígenes

Desde el principio, los mandamientos expresados en relación con el pecado no eran necesarios para Adán y Eva en Génesis 2, porque no existía pecado. Por otro lado: “La ley de Dios existía antes de la creación del hombre, de lo contrario, Adán no podría haber pecado” (Elena de White, Signs of the Times, 14 de marzo de 1878).

Mientras tanto, el ejemplo autoritativo del Padre de Adán al guardar el sábado era más que un mandato. Desde la perspectiva del Edén, un hijo creado sigue el ejemplo de un Padre-Creador. Por lo tanto, siglos antes de la existencia de los judíos, el sábado de la Creación se convirtió en un monumento conmemorativo sin parangón en el tiempo, ya que valida a Cristo como Creador y Soberano cósmico (Mat. 12:8; Mar. 2:28; Juan 8:58).

Por lo tanto, el Shabbat (sábado) cumple una función cosmológica, más que simplemente teológica. Sirve para explicar qué opinaba Yahvéh de su creación. Básicamente, Yahvéh imprimió su sello divino en este día como un testamento inmutable de su majestuosa función como Artífice cósmico. Por lo tanto, cuando Yahvéh descansó el séptimo día, lo reservó divinamente para el cosmos.

“El sábado es la pausa que refresca. El patrón es de seis días y un día. Seis días de trabajo y un día de descanso. [...] Yahvéh, el director de la sinfonía cósmica, ordena su composición en un compás de 6/7. ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, descanso!” (C. E. Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, p. 58). “El día de reposo del cuarto mandamiento fue instituido en el Edén” (HR 145).

El sábado antes del Sinaí

“Los misiólogos reconocen una conciencia hebraica entre los pueblos africanos. [...] W. W. Oliphant, un líder de la iglesia africana en los primeros años del siglo XX, dice que ‘el sábado en Etiopía se ha guardado desde los días de Nimrod, alrededor de 2140 a.C. (lee Gén. 10:8, 9), eso es 700 años antes del nacimiento de Moisés. [...] Los africanos, o etíopes, habían observado el sábado desde los días de Nimrod, el hijo de Cus’” (C. E. Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, p. 26).

La señal del pacto

“El sábado es una señal de pacto ‘entre mí y vosotros por vuestras generaciones’ (Éxo. 31:13; comparar con Eze. 20:12). [...] Que una persona guarde el día de reposo con el espíritu correcto significa que está en una relación salvífica con Dios.

“El sábado, como señal, imparte al creyente ante todo el conocimiento de que el Señor es su Dios del pacto. También indica que el Señor ‘santifica’ a su pueblo (Lev. 20:8; 21:8; 22:32; Eze. 37:28). [...]

“El sábado funciona en otro sentido como una señal. Sirve como una marca de separación, indicando a las personas de otras religiones o a las personas que no guardan el sábado que existe una relación única entre Dios y su pueblo que guarda el sábado” (G. F. Hasel y M. G. Hasel, The Promise: God’s Everlasting Covenant, pp. 86-88. (Lee Éxo. 32; Deut. 5:15.)

Señal de santificación

El sábado de la Creación es sin duda el santuario de Dios consagrado en el tiempo. En otras palabras: “Yahvéh, después de haber puesto lo mejor en su creación, declara que es muy buena. Entonces, como artista consumado que es, Dios toma la tela del tiempo y hace algo especial con ella el sábado, una catedral en el tiempo, esculpida a partir de horas y minutos y hecha de la sustancia de la eternidad. Un regalo de su mismo corazón.

“Debe tenerse en cuenta que Dios no hace el sábado y lleva a la humanidad hacia este. Él crea a Adán y a Eva y les trae el sábado” (C. E. Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, p. 51; ver Eze. 20:12, 20.)

Acuérdate del sábado

“Israel conocía a sus vecinos demasiado bien para desazón de los profetas. [...] No podemos pasar por alto el hecho de que junto al fuego los ancianos relataban los días de la Creación e indudablemente el día al que todos los demás apuntaban, el sábado. La ‘gran historia’ se fijó en la psiquis colectiva de los pueblos primitivos. El conocimiento del sábado solo puede olvidarse en rebelión contra el Dios que creó todas las cosas.

“Es por eso que el mandamiento del sábado comienza con ‘acuérdate”. El sábado siempre se remonta al evento de la Creación (Éxo. 20:8-10).

“Si Yahvéh nos ordena hoy que recordemos el sábado, debió haber habido un tiempo en que él ordenó su observancia por primera vez. De hecho, este es el mensaje de la experiencia de Israel con el maná, que Yahvéh enviaba durante seis días pero lo discontinuaba el séptimo. En este caso, no repite el mandato porque, incluso antes del monte Sinaí, lo conocían. [...] El hecho de que la palabra ‘acuérdate’ se inserte en el mandamiento indica que se ha dado antes y no necesita reiterarse constantemente” (C. E. Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, pp. 79, 80).

La palabra acuérdate se incluyó porque necesitamos “decir ‘sí’ al Señor del sábado poniéndo[nos] a su disposición. Significa, en vez de confiar en nuestras propias realizaciones, reconocer lo que Dios ha hecho por nosotros. Significa dejar de preocuparnos por las cosas que deseamos y empezar a ocuparnos de las necesidades de los otros [...]. Significa olvidar nuestros intereses egoístas para, como María, honrar a Cristo como nuestro huésped de honor” (S. Bacchiocchi, Reposo divino para la inquietud humana: Estudio teológico sobre la actualidad del mensaje del sábado, p. 96).

 

Ir Arriba APLICACIÓN A LA VIDA

La Ley de Dios dice que debemos santificar el día de reposo y que en él no debemos trabajar. Los hebreos se tomaban este Mandamiento muy en serio. Los fariseos y demás maestros de la ley enfatizaban que “llevar una carga” se consideraba trabajo. Para evitar malentendidos, fueron muy específicos sobre lo que era una carga. Una carga era, por ejemplo, una comida del mismo peso que un higo seco, suficiente vino para mezclar en una copa, suficiente leche para un trago, suficiente miel para poner en una herida, etcétera, etcétera, etcétera.

  1. Con restricciones tan estrictas, podemos imaginarnos las muchas horas que la gente pasaba discutiendo sobre lo que el prójimo debería haber hecho o no en sábado. ¿En qué medida estamos atrapados en baches legalistas similares? ¿Cuáles son los peligros de ser legalista? ¿Significa esto que debemos descartar las normas de la iglesia que no sean puramente bíblicas? Explica.

  2. Se ha dicho que la enseñanza es falsa si produce una religión que consiste única o principalmente en la observancia de lo externo. ¿Cuán fácil es confundir la espiritualidad, nuestra relación con Cristo, con las prácticas religiosas? ¿Cuáles son sus peligros? ¿Podría existir el peligro de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día caiga en esa trampa?

  3. En la antigüedad, la observancia sabática por parte de los judíos les ganó una reputación de pereza. Sobre la base de tu observancia del sábado, ¿crees que la gente te considera un observador de la Ley o un amante de Dios? ¿Cuál es la diferencia entre estas dos características? Tus prácticas de observancia del sábado, ¿se centran en lo que puedes y no puedes hacer? ¿O se orientan en fortalecer tu relación con tu Salvador? Analiza.

  4. El nuevo pacto es un acuerdo entre tú y Dios basado en una relación íntima. El sábado es un tiempo de calidad que pasas con Dios. Entonces, obviamente, la observancia del sábado es importante para la relación de pacto. ¿Cómo podemos restaurar la santidad y el gozo del sábado en el estilo de vida individual y colectivo?

  5. La mayoría de las personas religiosas, si se ponen a pensar, admitirán la conveniencia de dedicar un día a la semana a Dios; de hecho, algunos dirán que dedican todos los días a Dios. Sin embargo, ¿cuál es la evidencia de que a Dios le preocupa que honremos no cualquier día, sino el día que él ha santificado y apartado específicamente para ese propósito?

  6. En nuestro mundo, la gente dedica una gran cantidad de tiempo y dinero a divertirse y a hacer una infinidad de cosas que, presumiblemente, los ayuda a “relajarse”. ¿Cómo se puede distinguir el descanso que se supone que disfrutamos el día de reposo del entretenimiento y la diversión mayormente egocéntricos?

  7. Dios, como lo entendemos, ciertamente no necesita descansar porque esté cansado, en el sentido que nosotros le damos a esta palabra. Sin embargo, Génesis nos dice que Dios descansó el séptimo día. ¿Por qué Dios tuvo que apartarse de su obra y “descansar”?

  8. Se nos dice en la Biblia (Éxo. 31:13, por ejemplo) que el sábado debe ser una señal del compromiso de Israel (y podemos inferir que también es del nuestro) con Dios. ¿Es posible que podamos observarlo de manera tal que transmita un mensaje contrario al que se pretende? ¿Cómo es eso? ¿Cómo podemos estar seguros de que nuestra observancia del sábado representa los ideales de Dios?

  9. ¿Cómo comunica el sábado la absoluta unicidad de Dios, en comparación con otros dioses o cosas que la gente podría considerar con veneración o estima especiales?

  10. Usando el sábado como barómetro, verifica si basas tus creencias religiosas en rituales o en una relación con Jesús. Las actividades sabáticas de Jesús, ¿cómo reflejaban su relación con el Padre? ¿Qué cambios específicos crees que necesitas hacer en tus prácticas de observancia del sábado?

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