Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "En estos postreros días: El mensaje de Hebreos"

Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2022

Lección 13: "Permanezca el amor fraternal"

Para el 26 de marzo de 2022

 

Reseña | Comentario | Aplicación a la vida

 

Ir ArribaRESEÑA

Textos Clave: Hebreos 13; Romanos 12:13; Efesios 5:3-5; 1 Pedro 5:1-4; Hebreos 2:9; 4:16; Gálatas 2:20.

Temática de la lección:

Pablo concluye su carta con varias amonestaciones para su audiencia: “Permanezca el amor fraternal” (Heb. 13:1), “no os olvidéis de la hospitalidad” (Heb. 13:2), y “acordaos de los presos, [...] y de los maltratados” (Heb. 13:3). Pablo también advierte a sus lectores que se aseguren de lo siguiente: “Honroso sea en todos el matrimonio” (Heb. 13:4); “Sean vuestras costumbres sin avaricia” (Heb. 13:5); “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos” (Heb. 13:17); y “Orad por nosotros” (Heb. 13:18). En toda la carta, Pablo llama repetidamente a su audiencia: “Exhortaos los unos a los otros cada día” (Heb. 3:13); “Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; que nadie “deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (Heb. 12:15). La carta, en términos generales, es una “palabra de exhortación” (Heb. 13:22).

Aunque Pablo anima a su audiencia a practicar el amor mutuo, no espera ningún sentimentalismo. Al contrario, los exhorta a realizar acciones específicas, como mostrar hospitalidad, compartir con los que están presos, practicar la fidelidad en el matrimonio y evitar la codicia. Asimismo, cuando Pablo exhorta a su audiencia a recordar a sus dirigentes, no le interesa un ejercicio de recogimiento. Desea que al mostrar su fidelidad a Dios obedezcan, se sometan y respeten a sus dirigentes. Finalmente, Pablo advierte a su audiencia que no siga enseñanzas extrañas, sino que siga al Maestro de los maestros, a Cristo.

 

Ir Arriba COMENTARIO

Enseñanzas y alimentos extraños

En Hebreos 13:9, Pablo advierte a su audiencia: “No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas”. Este versículo constituye uno de los textos más difíciles del libro de Hebreos. La dificultad que tiene este versículo es la vaga referencia a su trasfondo histórico. Como no podemos identificar exactamente la situación precisa a la que apuntaba todo el discurso, debemos evitar sacar conclusiones demasiado categóricas.

En el versículo que precede al citado anteriormente, se nos dice que “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Heb. 13:8). En contraste con la constancia de Cristo, se levanta la advertencia de no dejarse llevar por toda clase de enseñanzas extrañas. La metáfora de dejarse llevar (Heb. 13:9) evoca imágenes de viento y agua, que se llevan las cosas a su paso. El uso de esta figura del lenguaje recuerda la metáfora náutica utilizada por Pablo en Hebreos 2:1: “Para que no estemos a la deriva” (PDT). Allí, Pablo estaba empeñado en advertir a la audiencia que prestara atención a lo que tenían para decir los que daban testimonio de Cristo. En ese momento, la audiencia corría peligro de desviarse de Cristo.

Aquí, Pablo le recuerda a la audiencia que preste atención a esos maestros y líderes incondicionales y los exhorta a imitar su fe (Heb. 13:7). Si bien los líderes van y vienen, Cristo es permanente y constante. Sin embargo, los errores espirituales no han cesado; por eso la audiencia corre peligro de dejarse llevar por el artilugio de las enseñanzas engañosas. Esas enseñanzas parecen estar en contra de lo que han escuchado de sus maestros y líderes, y se describen con dos adjetivos: “diversas y extrañas” (Heb. 13:9).

Pablo le dice a la audiencia que el corazón se fortalece por la gracia, no por la comida. La antítesis entre la comida (que es pasajera) y la gracia (que es permanente) es una comparación que a menudo emplean los autores bíblicos para mostrar la diferencia entre esta existencia temporal y algo mucho mejor. Pablo, por ejemplo, declara: “Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rom. 14:17).

Asimismo, Pablo amonesta a los cristianos de Corinto: “Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos” (1 Cor. 8:8). En efecto, la comida a menudo produjo divisiones en la iglesia primitiva (Rom. 14:1-3), así como ocurre en la actualidad.

¿Cuál es el problema en particular que aborda Pablo en Romanos 14:1 al 3? Algunos eruditos sostienen que los miembros de la comunidad de la fe en la iglesia de Roma abogaban por comer carne ofrecida a los ídolos, algo similar al problema que enfrentó la iglesia en Corinto (1 Cor. 8; 10). La comparación de Hebreos con 1 Corintios muestra claramente que Pablo utiliza un lenguaje mucho más contundente con respecto a la comida ofrecida a los ídolos (1 Cor. 8:12) que en Hebreos (“buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas” (Heb. 13:9). Entonces, lo más probable es que el problema en Hebreos no fuera la comida ofrecida a los ídolos.

Otra opción más factible que inspira la advertencia de Hebreos 13:9 sería comer la comida de los sacrificios del Templo. ¿Qué hay a favor de esta idea? Consideremos tres posibilidades bíblicas. En primer lugar, el contexto inmediato parece aludir al consumo de alimentos relacionados con las comidas sacrificiales judías. Pablo declara: “Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo” (Heb. 13:10). Aquí, Pablo se refiere a los sacerdotes del Antiguo Testamento que comían de las ofrendas sacrificiales en el Tabernáculo.

En segundo lugar, en Hebreos 9:9 y 10 se utiliza la misma palabra “comida” en el original: Las “ofrendas y sacrificios [suponen un culto que] consiste solo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas”. Aquí, Pablo presenta el mismo argumento que repite en Hebreos 13:9: los sacrificios ceremoniales no pueden perfeccionar la conciencia; más bien, se ocupan de la comida y la bebida y de varios lavados ceremoniales. Esa es la razón por la que la audiencia no debe seguir enseñanzas extrañas, porque estas comidas sacrificiales ceremoniales son ineficaces incluso para quienes las practican (literalmente, “andan” en ellas). Los cristianos participan de un sacrificio muy superior a cualquier comida sacrificial (comparar con Heb. 13:10-12).

En tercer lugar, el término griego “comida” (en la Septuaginta, el Antiguo Testamento griego) se utiliza en Malaquías 1:7 y 12 con referencia a los alimentos sacrificiales sobre altar. Los sacerdotes ofrecían alimentos contaminados, concretamente, animales ciegos, enfermos y cojos, como sacrificios (Mal. 1:7, 8). En síntesis, las tres razones —el contexto inmediato, el contexto adicional y el contexto del Antiguo Testamento— parecen apuntar al hecho de que las extrañas enseñanzas sobre la comida o las viandas se relacionan con las comidas sacrificiales judías.

Obedezcan y sujétense a sus pastores

Dentro de los sistemas de gobierno democráticos o representativos, una exhortación a obedecer y someterse a las autoridades suena bastante autoritaria. ¿Cabría hoy una pretensión tal? Si es así, ¿cómo deberíamos responder a ella como miembros de una iglesia mundial?

Varios libros del Nuevo Testamento contienen instrucciones importantes sobre el liderazgo eclesiástico, por lo que no debería sorprender que el libro de Hebreos también lo haga. Los líderes o pastores de la iglesia se mencionan tres veces (Heb. 13:7, 17, 24). En el versículo 7, se hace referencia a ellos como los “que os hablaron la palabra de Dios” (Heb. 13:7). Es muy probable que estas personas fueran los evangelistas misioneros de Hebreos 2:3. Debido a su predicación y enseñanza, la audiencia se enfrenta a “la palabra de Dios” que es “viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos” (Heb. 4:12).

Tres verbos llaman la atención sobre estos dirigentes: “acordaos”, “considerad” e “imitad” (Heb. 13:7; énfasis del autor). Como indica la carta, Pablo dio ejemplos negativos (Heb. 4:11) y positivos (Heb. 11:4-38) a la audiencia para que eviten e imiten, respectivamente. En esta coyuntura, se supone que los lectores deben considerar el resultado del estilo de vida de sus dirigentes. Esta contemplación implica que se han cumplido los objetivos de los líderes. Por lo tanto, la audiencia ahora puede revisar el curso de los esfuerzos de sus dirigentes e imitar su conducta fiel.

Más adelante en el capítulo, nuevamente vemos una referencia a los dirigentes y cómo deben relacionarse con ellos los miembros de iglesia: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso” (Heb. 13:17). La autoridad de los dirigentes reside en ejecutar fielmente la función de su oficio, “porque ellos velan por vuestras almas” (Heb. 13:17). Cuando los dirigentes se toman en serio sus responsabilidades, ayudan a evitar que sus miembros se dejen llevar por todo tipo de enseñanzas extrañas y el consumo de alimentos que no beneficiarán ni siquiera a quienes los ingieran. Al mismo tiempo, los buenos líderes son conscientes de que el liderazgo exige responsabilidad, como lo ilustran los dos siervos en la parábola de Jesús (Mat. 24:45-51).

Finalmente, Pablo insta a sus oyentes a obedecer y someterse a sus dirigentes para que estos puedan cumplir con su deber con gozo, y no con quejas. El gozo recuerda la actitud con la que la audiencia aceptó el despojo de sus bienes (Heb. 10:34). Ese gozo es la razón por la que Jesús soportó la Cruz y no le importó pasar vergüenza (Heb. 12:2), y la consecuencia de la disciplina paternal (Heb. 12:11). El trabajo de los dirigentes es gozoso cuando sus miembros se someten a ellos y los obedecen. Cuando no es así, su trabajo se vuelve arduo. Según Pablo, en esas condiciones los líderes gimen y la iglesia no cosecha ningún beneficio. Por lo tanto, una colaboración exitosa entre dirigentes y miembros requiere confianza y benevolencia.

 

Ir Arriba APLICACIÓN A LA VIDA

Si se ha abusado del liderazgo eclesiástico en el pasado bajo ciertas circunstancias, o en ciertas partes del mundo en las que los regímenes políticos dificultan la administración eclesiástica, ¿cómo podemos encontrar la armonía entre dirigentes y miembros de la que habla Hebreos?

  1. ¿Por qué hay tanta aversión a la autoridad en algunas culturas?

  2. ¿Se debe seguir a las autoridades solo si las personas concuerdan con el líder? Analicen.

  3. ¿Qué criterio nos da Pablo en Hebreos 13 para seguir a los líderes?

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